Claves que los insectos y microbios revelan sobre la escena del crimen

Foto 1: mosca soldado negra
Foto 1: mosca soldado negra
Foto 1: mosca soldado negra

Las series de detectives triunfan, son de las que más suelen gustar: El cuerpo del delito, CSI, Bones, Mentes criminales… son de las más vistas de la televisión. Ver cómo trabajan los forenses para determinar la causa de la muerte siempre nos inspira curiosidad. Hoy traemos algunas claves que nos cuentan los insectos sobre la muerte.

Cuando se descubre un cadáver, a su alrededor hay siempre una gran cantidad de insectos y microbios. Recientemente, se ha visto que un particular tipo de mosca, de color azul metálico, es la primera que se encuentra cerca del cadáver, debido a que es capaz de oler su estado de descomposición a 10 km de distancia.

Algunos de ellos se alimentan de la carne en fase de descomposición del cuerpo humano y precisamente por este motivo estudiar tanto los insectos como los microbios podría ser de gran utilidad para poder averiguar el intervalo post mortem, PMI.

Últimamente, se ha visto que muchos forenses, entre los cuales algunos investigadores, analizan estos insectos para poder obtener más información sobre el proceso de muerte y el tiempo transcurrido desde la muerte. Un problema bastante importante que tienen que afrontar los investigadores es que no todos los centros forenses tienen la tecnología y los laboratorios necesarios para poder analizar estos insectos.

 El profesor Baneshwar Singh, entomólogo forense y asistente de profesor de ciencias forenses en la Universidad de Virginia (EE.UU.), está trabajando en el desarrollo de unos nuevos aparatos  para poder estimar el intervalo de post mortem. Su investigación se centra en la manera de actuar de los insectos y microbios para poder estudiar así la composición química que emite el cadáver durante la fase de  descomposición.

Utilizando bacterias para determinar el intervalo post-morten

En 2011, Singh, en colaboración con un equipo de investigadores de la Universidad de Texas, examinó algunos cadáveres y observó que las bacterias estaban presentes en diferentes puntos del cuerpo y que, a lo largo del tiempo, el tipo de bacterias, cambiaba. De este modo, comprobó que algunas bacterias aumentan en cantidad a diferencia de otras que disminuyen. Este proceso se denomina sucesión bacteriana. Dicho avance fue importante para poder estimar el tiempo que ha estado el cuerpo en descomposición. Solo después de varios estudios, Singh  individuó unas cinco o seis bacterias que podrían ser las indicadoras del intervalo post mortem.

Foto 2: sucesion bacteriana
Foto 2: sucesion bacteriana

 Otro de los objetivos principales es intentar estimar la edad del cuerpo y su estado de descomposición empleando la técnica de secuenciación genética llamada PCR (reacción en cadena de la polimerasa) en tiempo real. Efectivamente, esto podría hacer que los laboratorios procesaran los datos de forma más eficiente, además de ser una ayuda inestimable para todos los laboratorios forenses que no están equipados con secuenciadores de ADN (muy costosos).

Otro aspecto importante a investigar es la utilidad de estos microbios en la identificación de la raza y el origen étnico del cuerpo en descomposición.

Bacterias e insectos interactúan

Recientemente, Singh y sus colegas han estudiado la relación entre las bacterias y la mosca soldado negra y han observado que las bacterias de un cuerpo en fase de descomposición, debido a algún compuesto químico, influyen en la ubicación de la puesta de huevos de la mosca. Gracias a este estudio, que se publicó el año pasado en Nature Scientific Report, Singh se percató de que las moscas venían atraídas por una mezcla de bacterias a la hora de poner los huevos.

Por ejemplo, la mosca soldado negra es atraída por una determinada mezcla de bacterias. Si estas bacterias no están, la mosca no acude.

Esta relación es importante porque parece indicar que existen algunos compuestos químicos que atraen a los insectos mientras que otros los repelen.

Los olores pueden aportar más datos a la escena de un crimen

En otra investigación, Singh y sus colegas estudiaron la composición química de los olores producidos por los microbios durante la descomposición de los cuerpos. La caracterización de olores específicos de la descomposición humana podría ayudar a determinar si un cadáver ha sido movido de un sitio a otro.

Sin embargo, aún no se han obtenido demasiados resultados y, a día de hoy, no se tienen los datos suficientes para poder afirmar y conocer bien la relación entre estos dos mundos. Cuanta más gente se una al proyecto, más posibilidades habrá de conocer esta relación y avanzar en la investigación.

Fuenteshttp://phys.org/news/2014-06-insects-microbes-reveal-crime-scene.html

Graduado en Ciencias Ecológicas y de la Biodiversidad por la Universidad de Pisa (Italia). Trabajo de investigación sobre Fundamentos de biologia marina: Corales del Mediterráneo. Ha impartido conferencias de biologia marina en los colegios de la comunidad de Madrid, a través del centro de buceo y de biología marina, Zoea. Máster en Biodiversidad, Universidad Autonoma de Madrid. Actualmente está colaborando en un proyecto de investigación sobre la taxonomía y filogenia de una familia de nudibranquios, Proctonotidae. Además se dedica a la divulgación científica de la biologia marina. Aficiones, lectura sobre la biodiversidad marina, música, viajes, cinema.