Por Gustavo Arencibia Carballo
Ilustración del autor
[email protected]
Las bases de datos de las instituciones científicas constituyen el verdadero tesoro tangible de la labor de sus trabajadores, de todos sus trabajadores no solo del personal científico.
Detrás de cada dato obtenido se haya un complicado andamiaje de relaciones humanas, preparación, recursos materiales, equipos y trabajos desde un inicio hasta un final, que no suele terminar con la obtención del dato o la medición, sino, con la correcta tabulación o ubicación del dato dentro de una base de datos.
Todos los datos provienen en su génesis de un bien público que es el dinero del estado, el cual paga los honorarios de los trabajadores, vuelvo a decir, de todos no solo del personal de ciencias. El valor del dato se conforma del costo del combustible, del transportista, del equipamiento, de los aseguramientos, del personal científico, etc.
Muchas instituciones no prestan la debida importancia a la conservación necesaria de los registros de datos producidos y adquiridos por compra, solo se cree que la obtención del dato es suficiente y esto es un gran error, pues la conservación del valor numérico luego de su uso primario le da también una relevancia particular dentro de las series de datos, series numéricas, cronológicas, que permiten posteriormente con el tiempo obtener tendencias, pronósticos, análisis de sistemas, interpretación de procesos biológicos o geofísicos, etc.
En este tema hay muchas aristas para detallar y precisar, como la información de alto valor económico o estratégico, pero estimo por sobre todo debería existir regulaciones jurídicas acerca del uso de los datos y/o las bases de datos, una regulación jurídica para evitar que los investigadores se crean dueños de esa información y no la compartan adecuadamente y debidamente como un bien institucional o público que es. Incluso algunos especialistas se trasladan, retiran sin dejar de forma correcta y comprensible las bases de datos primarios en información generados por más de 20 o 30 años o más.
Cuando entran los nuevos especialistas no encuentran las bases de datos históricas parra partir de un almacenamiento de conocimiento, pues los especialistas salientes no dejan esta bases legalmente resguardada en el patrimonio de la institución.
DEFINICIÓN BASE DE DATOS
“Conjunto de informaciones organizadas con determinadas técnicas de acceso y tratamiento y almacenadas en los dispositivos de memoria de un ordenador. La información que contiene se trata de forma que constituya un banco de datos dedicado a un tema específico o a varias disciplinas y/o recursos.
Indudablemente conservar esta información como patrimonio requiere gastos, recursos y personal calificado que se ocupe de dicho patrimonio y un gran número de decisores y administradores no le da el justo valor a este tema.
Pensemos pues en esta riqueza acumulada y tangible de cada institución científica, sobre todo antes de que con la jubilación, mala administración fallecimientos, o desapariciones de instituciones se pierdan ese conocimiento de las bases de datos.
Finalmente mencionar como he dicho, esto es solo un breve comentario de un gran tema y por otra parte que no es un problema de Cuba, de Colombia o México, conozco otros países, no pocos, que pierden información por estas malas prácticas las cuales adolecen mucho de ser las más deseadas para un mundo cada día más necesitado de investigaciones de calidad.
Y a propósito, ¿qué cree usted?
Deja una respuesta
Ver comentarios