¿Te dan miedo las arañas? Muchas personas tienen aracnofobia, miedo a las arañas que de acuerdo a un estudio realizado por psicólogos parece ser que es algo innato y no aprendido aunque existen discrepancias al respecto.
Según estos investigadores, cuyo estudio fue publicado el año pasado en Evolution and Human Behavior, las arañas han sido un peligro ancestral que ha persistido durante todo el período evolutivo para el que los humanos están siempre alerta a pesar de no estar prestando atención. Después de todo, nuestros antepasados han coexistido siempre con estos bichos de ocho patas durante algunos millones de años, por lo tanto, estar alerta ante la picadura venenosa y potencialmente mortal de una araña era vital.
De acuerdo a los investigadores Tamsin German y Joshua New de Barnard’s College y la Univerisdad de California, Santa Bárbara respectivamente; nuestro sistema visual ha retenido mecanismos ancestrales para identificar peligros y amenazas inmediatas que han persistido a través del tiempo en el que hemos evolucionado. Además de las arañas, las serpientes y las caras enfadadas de nuestras pesadillas también forman parte de estos patrones visuales.
Identificar caras enfadadas es algo útil en estos días aunque el terror a las arañas no lo es. Fósiles en ámbar como Steatoda que es pariente de las arañas conocidas como viudas y que son tan peligrosas (el género Latrodectus que además está muy presente en el sur de África) y que han sido datadas hace 40 millones de años.
En la actualidad, las arañas no son una gran amenaza ya que sólo un pequeño porcentaje tiene peligro real para los adultos saludables. Sólo hay 200 casos mortales confirmados en el mundo.
Cómo establecieron el origen del miedo a las arañas
Para testar este peligro ancestral, ambos reclutaron a cientos de estudiantes universitarios para hacer una tarea muy sencilla. Tenían que coger la más larga de las dos líneas de una cruz mostrada en una pantalla. Después de que los participantes completaran la prueba unas cuantas veces, los investigadores añadían un objeto que aparecía en forma de un flash de unos pocos cientos de milisegundos a través de la pantalla. Estos objetos tenían la forma de diferentes amenazas modernas desde agujas hipodérmicas, pasando por moscas hasta peligros ancestrales como una araña.
Según el estudio, menos del 15% notó, identificó y pudo señalar la localización de las agujas hipodérmicas durante esta ceguera no intencionada. Lo mismo sucedió para el caso de las moscas porque estaban absortos en otra tarea. Sin embargo, cuando una araña o un objeto con forma de araña apareció en la pantalla más del 50% de los participantes fueron capaces de identificar y localizarla.
Según New, «Si vas andando un hay una araña en el suelo y una araña, será más fácil que pises una aguja que una araña»
Fuente: http://www.iflscience.com/plants-and-animals/our-fear-spiders-innate-not-learned
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