Somos conscientes de que la evolución es algo continuo desde hace millones de años y el estudio de la evolución humana en concreto es uno de los temas que más curiosidad arroja. Cada vez conocemos más de las especies y la evolución que vivieron (y convivieron como los neandertales, por ejemplo) con el Homo sapiens pero no hay tanta investigación en cómo la selección natural actúa en los humanos modernos. El enfoque de este estudio muestra que es posible detectar selección natural en humanos en los últimos 500 años, y que recientemente ha habido una selección natural muy fuerte. Al contrario de lo que se pueda pensar a priori, la evolución humana no se ha detenido en los últimos 2.000 años.
Los estudios realizados hasta al fecha se centraban en estudiar intervalos de tiempo entre 10.000 a 20.000 años por lo que la evolución humana más reciente quedaba fuera, según señala Jonathan Pritchard biólogo y genetista de la Universidad de Stanford y autor senior del estudio. El estudio ha sido liderado por Yair Field, investigador postdoctoral en el laboratorio de Pritchard y publicado en Science.
Para realizar esta investigación, el equipo de Stanford utilizó una nueva técnica analítica para mapear la evolución más reciente: SDS (Singleton Density Score). El SDS es un método para inferir cambios recientes en la frecuencia de alelos de secuencias de ADN de humanos modernos en el intervalo de los últimos 2.000 y 3.000 años.
Para este estudio se emplearon los genomas de 3.195 británicos del proyecto UK10K, donde se hallan almacenados los datos de 10.000 genomas del Reino Unido,. El SDS refleja cambios en la frecuencia de alelos en los antepasados de los británicos modernos durante los últimos 2.000 y 3.000 años.
Esto es significativo ya que el seguimiento de los cambios en las frecuencias de los alelos de un gen en la población permite observar la microevolución en acción. En este estudio encontraron varios casos de evolución rápida como por ejemplo el gen que regula la enzima lactasa, que nos permite digerir los azúcares de la leche y que es uno de los mejores ejemplos de cambios a pequeña escala evolutiva. Además de la lactasa, también se ha observado evolución a favor del cabello rubio y los ojos azules.
En la adaptación poligénica, es decir cuando se produce la selección conjunta de varios alelos en varios loci, encontraron que la selección natural más reciente se dirigía hacia una mayor altura y que esto suponía cambios en la frecuencia de los alelos en la mayor parte del genoma. Por otra parte, también se han identificado cambios asociados con otros rasgos complejos que sugieren que la adaptación poligénica ha jugado un papel dominante en dar forma a la variación genotípica y fenotípica de los humanos modernos.
El caso de la evolución en la digestión de la leche
Los niños sintetizan una gran cantidad de lactasa para poder digerir la leche. Muchos mamíferos silencian el gen de la lactasa después del destete. Una vez el gen de la lactasa se apaga en los adultos, cuando éstos toman leche pueden tener dolor de estómago y diarrea. Sin embargo, en algunas poblaciones humanas hasta el 80% de las personas lleva una mutación que les permite sintetizar lactasa y tomar leche como adultos. Las poblaciones con una alta prevalencia del gen que permite la persistencia de la lactasa son más dados a criar animales que producen leche como cabras y vacas.
Esto tan sencillo, arroja algo de luz en la evolución reciente. La ganadería de animales que producen leche es muy reciente, apenas unos pocos miles de años y no es sorprendente que el gen que permite la persistencia de la lactasa tenga más prevalencia y haya evolucionado rápida y recientemente entre los británicos.
La evolución y adaptación poligénica: la altura
Existen muchos rasgos que están influenciados no sólo por uno o dos genes sino por cientos que se distribuyen entre los 23 pares de cromosomas. Por ejemplo, se conocen casi 700 genes que influencian la altura en humanos y que los europeos del norte tienen más alelos que promueven la altura que los europeos del sur.
En este estudio concluyeron que en los últimos 2.000 a 3.000 años, la selección natural había causado la prevalencia de 551 alelos asociados con ser más altos entre los británicos de la muestra.
Las fuerzas de la selección natural
Qué genera esta selección todavía se desconoce. Para que se produzca la selección natural, los individuos con los rasgos seleccionados deberían tener significativamente muchos más niños durante los 2.000 años del período de estudio.
Sobre la posibilidad de que los cambios en la frecuencia de los alelos se deba a la selección natural en lugar de a la casualidad, Pritchard señala que el genoma está cambiando constantemente y que las nuevas técnicas permiten elegir alelos cuya frecuencia está cambiando más rápido que otros.
«Si la mayor parte del genoma no está bajo una fuerte selección, la variación está en la mismo rango. La tasa de cambio es la misma. Así que si observas algo diferente – como un cambio de frecuencia que es 10 o 100 veces mayor que lo que esperarías dela tasa global- entonces es muy probable que se deba a la selección natural».
Fuente: http://phys.org/news/2016-10-technique-glimpse-human-evolution-action.html
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