Purpurina: ¿Qué alternativas sostenibles existen y cómo podemos elegirlas?

purpurina y su impacto ambiental, imagen de ejemplo de maquillaje

La purpurina o glitter lleva años de moda y está presente en infinidad de objetos de decoración, ropa, accesorios, cosméticos y maquillaje entre otros nos encanta, nos recuerda momentos festivos, alegres… pero no nos encanta tanto cuando tenemos que limpiarla. Sus restos son difíciles de eliminar, no sólo en casa, también en la naturaleza.

Estas aparentemente inofensivas y festivas partículas brillantes tienen un impacto ambiental muchas veces desconocido pero no por ello no relevante.

Para entender el impacto que tiene la purpurina en la naturaleza y especialmente en los océanos es muy importante conocer qué materiales la forman.

¿De qué está hecha la purpurina?

Hay purpurinas de diferentes calidades y propiedades dependiendo de cómo se vaya a utilizar, la durabilidad que se le requiere,… por ejemplo no es lo mismo objetos de decoración o calzado o bolsos que requieren una alta durabilidad que la que se utiliza para manualidades más económicas o para maquillaje que va a estar en contacto con la piel.

La purpurina está compuesta por diminutas partículas redondeadas de un tamaño de entre de 0,05 mm de diámetro y 6 mm. Los materiales que la componen son principalmente de dos tipos: plástico de tipo PET, PVC o poliéster u hojas de aluminio que se pintan con una pintura que refleja la luz para darle el el brillo característico que tanto gusta.

imagen de detalle de la purpurina o glitter con tamaños y colorido
Imagen de detalle de la purpurina

Llevamos disfrutando de la purpurina desde principios de los años 30 del siglo XX cuando empezaron a fabricarse en Estados Unidos, concretamente en Nueva Jersey. De hecho el principal fabricante de purpurina sigue siendo Meadowbrook Glitter (desde 1934 según aparece en su web).

Como hemos dicho la purpurina son partículas de plástico muy pequeñas por lo que por su tamaño se clasifican como microplásticos. Con esto ya podemos hacernos una idea de cuál va a ser su principal impacto ambiental. Aunque no todo son malas noticias, más adelante también veremos las alternativas sostenibles a la purpurina que podemos encontrar en el mercado.

Impacto ambiental de la purpurina

El hecho de que esté fabricada con diminutos plásticos es el mayor problema. Seguramente ya has oído hablar del problema de los microplásticos en los océanos, en el suelo, el agua dulce e incluso el aire.

Sin embargo, pese a este potencial efecto, un estudio publicado en Marine Pollution Bulletin ponía de relevancia que el impacto ambiental del glitter se había pasado por alto mientras que otros como las microsferas, fragmentos o fibras estaban mucho mejor estudiados. En cualquier caso no podemos olvidar que el auge del estudio de la contaminación por plásticos es algo que se lleva haciendo apenas 25 años.

Los restos de purpurina han sido encontrados en el fondo de lagos, ríos y en lodos de depuradora lo que indica que las aguas arrastran una gran cantidad de estos microplásticos hasta los ríos y al océano. El aire también es un importante agente transportador de estas partículas brillantes, llegando a ríos, océanos y al suelo.

Los efectos de los microplásticos sobre animales está siendo ampliamente estudiado y también los efectos de los microplásticos en el cuerpo humano. Se han encontrado microplásticos en el cuerpo humano aunque todavía se desconoce si tienen un efecto negativo o no debido a la complejidad del estudio y al reto que supone averiguar si los efectos negativos pueden ser en el corto o en el largo plazo.

En el caso de los animales hay resultados diversos: por ejemplo, en polluelos de codorniz japonesa alimentados con microplásticos no presentan más problemas de salud que un ligero retraso en el desarrollo (que habría que valorar si en humanos se dieran estos retrasos, si serían aceptables o no) y por otro, en mejillones mediterráneos de la especie Mytilus galloprovincialis se ha evidenciado que la ingestión de purpurina genera un mayor estrés oxidativo.

Hay purpurinas con PVC que llevan cloro en su composición que se considera tóxico en contacto con los seres humanos, otras que llevan poliéster que está compuesto por moléculas de estireno que es un compuesto cancerígeno cuando los individuos se exponen a él en procesos de fabricación… conocer cómo se degradan estos microplásticos y a qué moléculas dan lugar es uno de los retos que quedan por delante.

Por otra parte, algunas purpurinas pueden utilizar tintes a base de óxidos de titanio recientemente prohibidos por la Unión Europea por su potencial cancerígeno.

Mientras tanto, muchos investigadores recomiendan aplicar el principio de precaución. Ante el desconocimiento de si algo puede provocar o no alguna enfermedad, evitémoslo.

Otro impacto ambiental a considerar es el origen del plástico que forma la purpurina que proviene fundamentalmente del petróleo. Aunque el mayor impacto ambiental del petróleo se produce cuando se quema (emitiendo grandes cantidades de CO2 a la atmósfera), su extracción y procesado también implica consumo de recursos. Además, es un recurso no renovable y del que cada vez queda menos.

Alternativas sostenibles al glitter

Lo más sostenible con respecto al glitter es no utilizarlo. Esto es de aplicación a todo en general, ya me decía mi madre que «no es más limpio el que más limpia si no el que menos ensucia», sabiduría popular aplicada a la sostenibilidad.

Sin embargo, mientras que buscaba información sobre este tema, me di cuenta que el uso de purpurina no es tan prosaico. Por ejemplo, el movimiento queer se identifica mucho con el uso de glitter, especialmente, drag queens cuyo uso de la purpurina en maquillaje y vestuario es muy importante como seña de identidad de la comunidad o del grupo.

Así pues, buscar alternativas sostenibles es algo importante.

Actualmente existen alternativas como purpurina biodegradable que está fabricada a base de celulosa de madera, fundamentalmente de eucalipto, en lugar de láminas plásticas, pero a la que todavía sigue siendo necesario añadir el pigmento brillante lo que implica que en ocasiones se añade algo de poliéster. Un ejemplo es la empresa EcoStarDust. Hay otras purpurinas que se consideran biodegradables pero que lo son sólo bajo determinadas condiciones industriales como sucede con aquellas fabricadas a partir de ácido poliláctico.

Actualmente hay una línea de trabajo en la Universidad de Cambridge que está estudiando la fabricación de purpurina a partir de celulosa sin necesidad de tintes o pigmentos. Dado de que en la naturaleza la celulosa crea algunos de los coloridos más espectaculares la fabricación de celulosa bajo unas determinadas condiciones puede generar automáticamente ese brillo y colorido sin necesidad de adicionar ningún pigmento y con una durabilidad del color más alta que la convencional. La clave es cómo la celulosa refleja la luz para que nuestros ojos la perciban con el mismo colorido que la purpurina.

Si tenemos compromiso con el medioambiente, es importante valorar las alternativas a productos tan tradicionales como la purpurina. A poco que busquemos encontramos productos menos nocivos para el medioambiente mientras que esperamos que la purpurina a base de celulosa sea desarrollada.

Fuentes:

  • Tagg, A.S. and Ivar do Sul, J.A. (2019) “Is this your glitter? an overlooked but potentially environmentally-valuable microplastic,” Marine Pollution Bulletin, 146, pp. 50–53. Available at: https://doi.org/10.1016/j.marpolbul.2019.05.068
  • Provenza, F. et al. (2022) “Sparkling plastic: Effects of exposure to glitter on the mediterranean mussel mytilus galloprovincialis,” Environmental Toxicology and Pharmacology, 96, p. 103994. Available at: https://doi.org/10.1016/j.etap.2022.103994. 
  • Droguet, B.E., Liang, HL., Frka-Petesic, B. et al. Large-scale fabrication of structurally coloured cellulose nanocrystal films and effect pigments. Nat. Mater. 21, 352–358 (2022). https://doi.org/10.1038/s41563-021-01135-8
  • CEU Theses (2019); de Araújo, Vanbasten Noronha: Shimmery Waste: A Queer Critique of the Narratives on Glitter Pollution.
  • Monclús, L. et al. (2022) “Microplastic ingestion induces size-specific effects in Japanese quail,” Environmental Science & Technology, 56(22), pp. 15902–15911. Available at: https://doi.org/10.1021/acs.est.2c03878. 

Licenciada en Biología con las especialidades ambiental y marina por la Universidad de Alicante.