La ciencia cada vez nos da más sorpresas llegando al descubrimiento de mecanismos que hasta hace unos años se pensaba que eran inalcanzables. Ahora, los secretos de la eterna juventud están más cerca que nunca. Y a tal vez Drácula de Bram Stoker no se equivocaba al pensar que bebiendo sangre de doncellas jóvenes nunca envejecería (suponiendo que las proteínas responsables de estos efectos no se degradaran en el estómago, que ya es suponer). Volviendo a la realidad os dejamos con los resultados impresionantes de dos estudios diferentes llevados a cabo en Harvard.
Investigadores del Instituto de Harvard para las Células Madre (HSCI) han mostrado que una proteína, la GDF11 mejora la función cerebral y del músculo esquelético en ratones envejecidos. Esta proteína ya se había demostrado que podría hacer que el corazón deteriorado debido al envejecimiento en ratones se parezca más a los de ratones más jóvenes y saludables.
En dos ensayos por separado publicados en Science, los profesores Amy Wagers y Lee Rubin del Departamento de Células Madre y biología regenerativa de Harvard (HSCRB) reportan que inyecciones de una proteína conocida como GDF11 que se encuentra tanto en ratones como en humanos, mejora la capacidad de ejercicio de los ratones con edad equivalente a 70 años humanos y también mejora la región olfatoria cerebral de los ratones envejecidos que podían detectar olores como los ratones más jóvenes.
Rubin y Wagers afirman que salvo inconvenientes inesperados, las pruebas en humanos podrían comenzar en tres o cinco años. Los líderes del estudio son Lida Katsimpardi (en el grupo de Rubin) y Manisha Sinha y Young Jang (en el caso del estudio de Wagers).
Ambos estudios examinan los efectos de GDF11 en dos vías:
- En primer lugar usan un sistema paribiótico en el cual dos ratones se unen quirúrgicamente de modo que la sangre del ratón más joven circula a través del más viejo.
- En segundo lugar, inyectando al ratón más envejecido GDF11, que en un estudio previo mostró ser suficiente para revertir las características de envejecimiento en el corazón.
Descubriendo los secretos de la eterna juventud
De acuerdo a Doug Melton, copresidente del HSRCRB y codirector del HSCI, este estudio es muy importante por lo que representa para la salud en el futuro. De acuerdo a él, parecer ser que se ha llegado una respuesta a porqué somos más ágiles y fuertes en la juventud, atribuyendo estas propiedades a los altos niveles de GDF11 en la juventud. Melton indicó que de manera natural se encuentra niveles más altos de GDF11 en ratones jóvenes que en viejos y que incrementando sus niveles en los más mayores, se mejora la función de cada uno de los órganos objeto del estudio.
Wagers usó en primer lugar el sistema parabiótico en ratones hace 14 años cuando era una estudiante postdoctoral en la universidad de Stanford cuando observaron que la sangre de ratones jóvenes circulando en ratones mayores parecía tener ciertos efectos rejuvenecedores en el músculo reparado después de una herida. El año pasado, Wagers y Richard Lee mostraron que con el mismo mecanismo, los corazones más débiles y grandes de ratones envejecidos volvían a un tamaño más joven y con las funciones mejoradas. Posteriormente, trabajando con una firma de Colorado, informaron que el factor que es aparentemente responsable de este efecto es el GDF11. Este descubrimiento permite esperar que la proteína GDF11 pudiera ser un tratamiento para el fallo cardíaco diastólico que ahora mismo es irreversible y fatal para nuestros mayores.
Inicialmente se pensó que el GDF11 era específico para el corazón pero estos últimos estudios muestran que es activo en múltiples órganos y tipos celulares y que no sólo actúa restaurando la función de las células madre musculares sino que también observaron la reparación del daño en el ADN relacionado con la edad.
Wagers señaló que todavía queda mucho por aprender en los mecanismos de envejecimiento en el músculo y su reparación sobre todo en los mecanismos relacionados con la modificación del material genético.
Rubin, responsable del otro estudio tiene como objetivo principal el desarrollo de un tratamiento para enfermedades neurodegenerativas en niños señaló que en un principio para él no era obvio que la reparación de tejido periférico podría también reparar partes del cerebro como ha podido comprobar.
El grupo de estudio de Rubin observó que uno de los efectos de la proteína GDF11 es la mejora de la vascularidad y flujo sanguíneo en el cerebro asociado a un aumento de la neurogénesis que supuso la recuperación del sentido del olfato en los ratones envejecidos. Esta proteína podría incluso ser importante para el tratamiento del Alzheimer.
La proteína de la eterna juventud en humanos
Todavía no se sabe si el compuesto final producto de esta investigación sería la propia proteína GDF11 o un compuesto derivada de la misma por lo que todavía es necesaria más investigación al respecto ya que uno de los aspectos interesantes de estas investigaciones es que la GDF11 está también presente en humanos.
Los dos grupos de investigación están en discusiones con un grupo de capital de riesgo para obtener fondos para financiar todo el trabajo preclínico necesario antes de iniciar las pruebas en humanos con GDF11.
Más estudios en busca del elixir de la eterna juventud
Otro estudio relacionado con el envejecimiento celular ha sido publicado en Nature Structural and Molecular Biology que desvela las claves anatómicas de la telomerasa. La influencia de los telómeros en el envejecimiento celular es muy importante ya que a medida que la célula se divide más y más, los telómeros se acortan hasta un tamaño en el que la célula no se puede dividir más y muere.
Este estudio es muy importante de cara a definir las causas bioquímicas y celulares del envejecimiento celular un paso más en desvelar las claves de la juventud.
En un futuro en el que cada vez viviremos más y mejor, hay que estudiar muy bien el reparto de recursos en un futuro, por lo que parece no muy lejano.
Más información: «Vascular and Neurogenic Rejuvenation of the Aging Mouse Brain by Young Systemic Factors,» by L. Katsimpardi et al. Science, 2014.
Fuente: http://medicalxpress.com/news/2014-05-functioning-aged-brains-muscles-mice.html
Deja una respuesta
Ver comentarios