Por: Gustavo Arencibia Carballo *,
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A menos que se produzcan cambios
significativos en la forma en que la
sociedad interactúa con y gestiona la base
de los recursos naturales de los que depende,
nuestra economía mundial se derrumbará
inevitablemente.
Juan Marco Álvarez
Director del Grupo de Economía
y Gobernanza Ambiental, UICN
Indudablemente el mundo está cambiando, tanto los ecosistemas terrestres como los marinos y pudiéramos decir que para mal, pero tenemos que acotar dos verdades las cuales provocan esta tendencia: el “excesivo” o normal crecimiento de la población mundial y la conducta inapropiada del mismo hombre.
La sobreexplotación de los mares y océanos ha obligado a un desarrollo creciente de las técnicas de cultivo de organismos acuáticos, para un volumen en el 2000 de acuicultura de 45.7 millones de toneladas (1), en la actualidad es una tercera parte del suministro mundial de productos pesqueros (y aproximadamente el 50 % de peces comestibles comercializados), mientras que se prevé que sea el 50 % de la producción pesquera mundial en el 2020, lo cual implica la aplicación creciente de tecnologías nuevas en áreas costeras y marinas, donde aun cuando sean mínimos los daños, se tendrán cambios ambientales los cuales podrían considerarse como impactos, pero ¿acaso no son necesarios o inevitables estos ¨ pequeños ¨ impactos?
Y así pudiéramos hablar de los biocombustibles, de la revolución energética, de la revolución industrial, de la revolución verde, etc., todo lo cual significa invariablemente una afectación a los nichos ecológicos existentes, ¿o no?
El hombre vive en antagonismo permanente con todas las especies del planeta, al modelar su modo de vida con perjuicio para los habitad naturales, esto le confiere una constante confrontación con el resto de formas de existencia.
Sin embargo para proteger la biodiversidad no existe ninguna condición que señale un único camino, sino todo lo contrario, debe acometerse un andar a través de múltiples senderos, todos con diferentes niveles de jerarquía, pero con importancia similares, con importancia vitales. De aquí podríamos decir antes de continuar, que los recursos financieros no pueden ser aplicados de forma centralizada en regiones, áreas y especies o climas, pues desde una bacteria hasta los elefantes africanos tienen derechos a su conservación; también el hombre.
Por otro lado las investigaciones deben llevar las riendas para luego de disponer de un resultado, de una observación o una amenaza real, el paso siguiente sea la implementación de una o más acciones de remediación, protección, administración o política, y más investigaciones para cerrar el ciclo en aras de salvaguardar todos los patrimonios del planeta por muy insignificantes que aparenten ser. Aquellas especies que no vemos y no son populares, tienden a sufrir los mayores rigores del supuesto cambio o de los problemas ambientales.
Como hoy en día, aplicamos los conceptos y criterios de género a todas las disciplinas de la vida diaria; la conservación de las especies de manera lógica y racional debe ser una herramienta en la formulación de un proyecto para construir un edificio, organizar una cuenca o estudiar un ecosistema marino diverso y frágil. Esto permitiría multiplicar los recursos financieros desde el punto de partida, donde cada hombre, ciudad, país u organización de nuestro mundo se vea obligado a pensar, decidir y compartir ideas en torno a sus actividades de cada día, quiéralo o no, ya que por legislación, principio o fuerza mayor de quien lo financia deba ser exigido a tener en cuenta principios conservacionistas de protección de especies en su sentido mínimo y mas amplio. Por lo tanto, es considerar la confrontación entre todas las especies y el hombre, para conservar las especies, aun cuando pueda no querer estimarlo dentro de sus actividades.
Algunas ideas se perfilan renovadoras para lograr resultados plausibles y tangibles como lo señalado por Suen Wonder, economista del Centro para la Investigación Forestal Internacional, quien plantea: ¨ Solo mediante la integración del medio ambiente en los procesos decisorios de la sociedad puede tener éxito la conservación ¨.
No cabe duda, es algo complejo, pero el mundo está cambiando también por necesidad y no creo tengamos a la vuelta del camino, el mundo de hace 50 años, esa añoranza es imposible ya dada la alta conectividad de los ecosistemas de nuestro planeta y la tecnologías actuales también. El asunto es mantener y proteger la mayoría, la inmensa mayoría del patrimonio natural, aun con variaciones y nuevos acondicionamientos del modo de vivir, las cuales avanzan a ritmos sumamente acelerados.
Tal vez deberíamos hacer para la conservación un manual similar al ¨ Manual de Género y cambio climático ¨ editado por Lorena Aguilar en 2009 (3), – y que conste es una propuesta – pues podríamos disponer de una guía a todos los niveles de trabajo y así poder tener capacitación en todas las personas de forma asequible.
Los caminos no solo serán los de la investigación y la protección del medio ambiente, sino políticos y en primera instancia aquellos que puedan dar un modo y calidad de vida decorosa al hombre en todas las latitudes, pues si el propio hombre no está satisfecho de modo aceptable será difícil poder detenerlo en la no protección de las especies.
Un hombre hambriento y que no tenga satisfecha las necesidades de su familia será siempre un feroz depredador de la naturaleza, conciente o no, declarado socialmente o no.
Luego de la Cumbre de Cancún
«No se trata sólo de un problema medioambiental,
es un problema que afecta
a nuestra capacidad para
alimentar al mundo».
Nick Rowley
Director consultora Kinesis.
A pocos días de concluida la Cumbre de Cancún celebrada en México, muchas continúan siendo las interrogantes y los escépticos, alrededor de los resultados que no se ven claros para el ciudadano común.
El principio de responsabilidades comunes, pero diferenciadas, defendido en Cancún (COP16) resulto lograr pasos pequeños en relación a Copenhague 2009 (COP15), sin embargo los reales compromisos aun están lejos de alcanzar niveles convenientes, tanto mirando a los problemas del Cambio Climático como a los inherentes a la contaminación ambiental. La fe como en tantos otros casos se tiene en la próxima reunión de Durban, Sudáfrica para diciembre del 2011. Donde nuevos retos se emprenderán por los participantes y gobiernos aunque ya se ven como vías de solución paralela la dirección y metas propias de los países.
La visión de los países desarrollados no favorece el desarrollo necesario de los países del tercer mundo o de los países en desarrollo, por lo que volviendo a la conservación y la biodiversidad, se deberá partir de un aceptable nivel de satisfacción, de confort económico y social, y de este se desprenderán las acciones dentro del pensamiento, de una conciencia ambiental correcta y sin extremos. Nuestro mundo debe cambiar y ya nunca será el de antes, pero debemos conservarlo de la mejor forma, bajo las nuevas condiciones.
La confrontación y el antagonismo tenderán entonces hacia un relativo equilibrio, pero no se resolverá en mi modesta opinión a corto plazo, lo cual es muy lamentable.
Referencias
(1) Abraham, T., S. Ghosh, T. Nagesh y D. Sasmal. 2004. Distribution of bacteria involved in nitrogen and sulphur cycles in shrimp culture systems of West Bengal, India. Aquaculture 239: 275–288.
(2) Wonder, S. 2010. El debate. Conservación Mundial. Julio, 2010, pag.10-11.
(3) Aguilar L. 2009. Manual de capacitación en género y cambio climático. UICN, PNUD y GGCA. San José, Costa Rica: Masterlitho S.A. 307 pag.
* Gustavo Arencibia Carballo es investigador y jefe de proyecto en el Centro de Investigaciones Pesqueras, Cuba.
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