Autor: Aldo Brunetti
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Introducción
Los corales son animales que pertenecen al phylum Cnidaria – orden Scleractinia, clase Anthozoa y tienen la capacidad de fijar carbonado cálcico CaCO3, el elemento con el cual se forman los grandes arrecifes.
Dentro de la clase Anthozoa hay que diferenciar otras dos subclases: Hexacorales y Octocorales.
- Los Hexacorales, se llaman así porque sus pólipos están formados por 6 tentáculos. Son los corales que se encuentran en las zonas tropicales formando arrecifes.
- Los Octocorales, llamados así porque sus pólipos tienen 8 tentáculos y a esta subclase pertenece el coral rojo.
Los corales son en realidad agrupaciones de pólipos, que constituyen sus unidades formadoras. Un pólipo tiene una forma tubular y está formado por una boca rodeada de tentáculos y una base adherida al sustrato. Los tentáculos son los encargados de atrapar el alimento y proveer la defensa del pólipo, ya que contienen estructuras que liberan toxinas en respuesta a estímulos externos.
Los Hexacorales, también llamados hermatípicos están distribuidos en la zona circumtropical, en aguas claras y someras, entre cero y veinte metros de profundidad, con temperaturas entre los 20 y 30 ºC, desarrollándose principalmente en la gran barrera de Australia, el archipiélago Indo-malayo, el Mar Rojo, Madagascar, el Golfo Pérsico, el mar Caribe, el golfo de México y la costa oeste de Panamá y Colombia.
Su forma de reproducción puede ser sexual y asexual. La reproducción sexual consiste en la liberación masiva de paquetes de huevos y esperma, los cuales al llegar a la superficie liberan su contenido para la fecundación. De ahí se forman larvas que luego se asentarán para crecer como un nuevo pólipo. En la forma asexual, cada pólipo puede dividirse por fisión para producir un nuevo individuo clonal. Este fenómeno permite un crecimiento casi indeterminado.
Aunque los corales se alimentan atrapando presas que se encuentran en la columna de agua, la construcción del arrecife se deriva de sus relaciones simbióticas con pequeñas algas unicelulares llamadas zooxantelas comúnmente del género Symbiodinium. Estos dinoflagelados son los responsables de la productividad de los corales ya que proveen a éstos con sus productos fotosintéticos. Es así como las zooxantelas son una parte primordial en la distribución de los arrecifes, ya que sus requerimientos en cuanto a intensidad lumínica y temperatura limitan u otorgan la capacidad a éstos organismos para establecerse en un determinado lugar con condiciones ambientales específicas.
Coral rojo
Unos de los corales presentes en el Mediterráneo es el coral rojo, Corallium rubrum (véase foto arriba).
En el coral rojo las espículas originalmente sueltas, se amalgaman en un depósito de carbonato cálcico, cuyo resultado es la producción de un denso esqueleto ramificado extremadamente duro. De las ramas surgen los pólipos organismos coloniales de color blanco. Su esqueleto está creado por las algas rojas que recubren los fondos y las paredes de las rocas con una densidad que puede llegar hasta los 2 metros de altura, dando origen a numerosos hábitats donde se encuentran y participan muchas especies diferentes que constituyen un valioso soporte físico a numerosos organismos. Las ramificaciones son muy irregulares y suelen medir entre 5 y 20 cm. Otros corales, como los gorgoniaceos, utilizan proteínas, carbohidratos y halógenos para formar un esqueleto calcáreo sobre todo en los octocorales. Este esqueleto tiene una dureza menor respeto a las escleractinias así que sus estructuras son flexibles.
El coral rojo es endémico del Mediterráneo, es decir, que es típico de este mar. Se distribuye sobre todo en la parte central y occidental del mismo, y en algunas zonas del Atlántico oriental pudiendo alcanzar una profundidad de 100 metros en grutas y hasta unos 250-300 metros en áreas atlánticas donde la penetración de la luz es escasa.
Las especies que contribuyen a estas construcciones son las algas corallinaceae como el Mesophyllum alternans y Lithophyllum frondosum con la participación de muchas otras como Halimeda tuna, pero también de muchos animales diferentes por ejemplo cnidarios, moluscos, esponjas, briozoos y crustáceos que participan en la construcción. Algunos de los participantes de estos ecosistemas son las gorgonias, como la gorgonia roja Paramuricea clavata, la amarilla Eunicella cavolinii y la gorgonia blanca Eunicella singularis que dan volumen y una gran variedad de colores.
Amenazas
Tratándose de organismos especializados, sésiles y de distribución restringida, todo lo que pueda influir negativamente en sus hábitats es una amenaza para su supervivencia. El único depredador importante es el propio hombre: la sobreexplotación, la pesca de arrastre y la pesca furtiva constituyen graves amenazas para colonias enteras. También la contaminación y el cambio climático son una verdadera amenaza para el coral rojo. Su grado de vulnerabilidad es muy alto y por lo tanto tendría una recuperación muy lenta.
Medidas de Conservación
El coral rojo, nombre científico Corallium rubrum, incluido en la Convención de Barcelona de 1992, aún no está incluido en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), un acuerdo internacional que vela por las especies en riesgo de extinción. Una medida de conservación es aumentar el número de áreas marinas de protección integral por todo el Mediterráneo no solo para que el coral pueda tener un mayor crecimiento sino para evitar la pesca furtiva enfocada sobre todo a la comercialización del coral rojo.
Bibliografía
- Fadlallah, Y. H. (1983): Sexual reproduction, development and larval biology in scleractinian corals. Coral Reef, 2:129-150.
- Ries, J. B., S. M. Stanley and L. A. Hardie. (2006): Scleractinian corals produce calcite, and grow more slowly, in artificial Cretaceous seawater. The Geological Society of America, 34:525-528.
- Stanley Jr. G. D. (2003): The evolution of modern corals and their early history. Earth-Science Reviews, 60:195-225.
Foto de Joaquim Reberté Ferrán
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