Los vientos pueden influir sobre las plagas de medusas

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Hace pocos días se publicaba un estudio realizado en la Gran Barrera de Coral de Australia según el cual los vientos podían influir sobre la aparición de las plagas de medusas. 

Las medusas forman parte del plancton marino, en concreto de la fracción de zooplancton gelatinoso.  El plancton lo componen aquellos seres vivos cuyo movimiento se debe fundamentalmente al movimiento de las corrientes marinas, y cuya fuerza muscular no puede luchar contra éstas, aunque pueden poseer cierta capacidad natatoria. Mientras los peces forman del necton pues la dirección y fuerza de la corriente no influye en su desplazamiento, las medusas forman parte del plancton.

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En el imaginario popular se encuentra la teoría de las medusas que persiguen al ser humano para picarle pero nada más lejos de la realidad, la medusas se deja llevar por las olas y las corrientes producidas por los vientos.

Cómo influyen los vientos en las plagas de medusas

En el estudio realizado en Australia y publicado en  Journal of the Royal Society: Interface, los investigadores muestran cómo estudiaron los patrones del clima durante 27 años y los relacionaron con los reportes de picaduras de la  medusa Irukandji (Carukia barnesi ).

Los resultados mostraron que en la Gran Barrera de Coral las plagas de medusas (o blooms, florecimiento de medusas) se producían al día siguiente del cese los vientos alisios del sudeste y los vientos paralelos a la costa.

La importancia de este estudio radica en que la medusa Irukandji es una medusa del orden cubozoa del tamaño de un dedal, con largos tentáculos cuya picadura provoca el síndrome Irukandji que puede llegar a ser letal. Debido a su pequeño tamaño, transparencia y larga longitud de los tentáculos es muy difícil de observar. Además, el hecho de que aparezca en grandes bancos de medusas provoca una situación de riesgo en ese momento aunque de tranquilidad cuando no se dan ya que la probabilidad de picadura es casi inexistente.

Los resultados de este estudio dan facilidades a los gestores costeros para manejar las situaciones de posible emergencia ante las potenciales plagas de estas medusas. En el Mediterráneo sólo hay una especie de medusas cubozoas Carybdea marsupialis, que es muy rara y cuya picadura también es muy tóxica. (ver foto abajo)

Carybdea_marsupialis

Más información:  Dangerous jellyfish blooms are predictable, Published 14 May 2014 DOI: 10.1098/rsif.2013.1168

Foto Carybdea marsupialis: wikipedia

Foto medusas: https://www.flickr.com/photos/jasonpratt/

Licenciada en Biología con las especialidades ambiental y marina por la Universidad de Alicante.