El visón americano se ha convertido en una de las especies invasoras en Europa. Se ha extendido en las últimas décadas por España y otros países de Europa, desplazando y poniendo en peligro a especies autóctonas, como el visón europeo.
El visón americano (Neovison vison) es un carnívoro de pequeño tamaño perteneciente a la familia de los mustélidos. Su hábitat natural comprende los EEUU y Canadá. La piel de los visones se considera valiosa para la elaboración de abrigos, motivo por el cual son criados en granjas desde el siglo XIX. El negocio de las granjas peleteras de visón americano se expandió posteriormente a Europa, donde estos comenzaron a escaparse dando lugar a poblaciones estables en el nuevo hábitat.
En España se han producido varias sueltas de visones en este tipo de granjas debido a que grupos de activistas animalistas (sería un error denominarlos ecologistas, pues sus motivaciones eran el bienestar de los animales, no la conservación de un ecosistema) asaltaron las instalaciones y liberaron a los animales con un gran impacto sobre el medio.
La problemática del visón americano como especie invasora
El impacto del visón americano es muy negativo en Europa, bien por depredación o por desplazamiento de las especies nativas. Se trata de un carnívoro oportunista, capaz de alimentarse de aves, peces, invertebrados, reptiles u otros mamíferos de pequeño tamaño. En zonas costeras su presencia afecta a poblaciones de aves marinas por depredación sobre huevos, pollos e incluso ejemplares adultos.
Por ejemplo, en la Laguna de la Nava (Palencia) se constató la pérdida del 60% de los pollos de garza imperial por el visón americano. En otros países europeos se ha producido un declive en las poblaciones de rata topera (Arvicola amphibius) debido a la especie invasora, y se sospecha que haya podido afectar a las escasa poblaciones de desmán ibérico (Galemys pyrenaicus) en España debido a que ambas especies comparten hábitat, aunque no hay confirmación de esto último. El desmán es una de las especies más amenazadas de España y se trata de un endemismo, por lo que su desaparición supondría la extinción de la especie.
Otro problema que presenta el visón americano en Europa es que desplaza a las especies nativas de mustélidos. Este fenómeno se produce cuando dos especies ocupan el mismo nicho ecológico, es decir, viven en el mismo hábitat y se alimentan de las mismas presas. La especie más competitiva terminará desplazando a la otra, que desaparecerá del ecosistema. Esto afecta especialmente al visón europeo (Mustela lutreola), una especie amenazada y de la que apenas quedan 500 ejemplares en España. En el noroeste de Europa sus poblaciones no corren peligro inmediato, pero la progresiva expansión del visón americano puede acabar con ellas.
Por si esto no fuera suficiente, el visón americano es además portador de la plasmocitosis o enfermedad aleutiana del visón (ADV), un virus que provoca una deficiencia inmunitaria mortal para estos animales. La enfermedad puede transmitirse entre la especie americana y la europea, añadiendo otro impacto negativo a la especie autóctona.
Mecanismos de control del visón americano
En España se están intentando reducir las poblaciones existentes de visón americano mediante jaulas-trampa nocturnas. Se trata de jaulas con un cebo, que atrapan a los anim sin dañarlos. Esto es importante, pues se evita un impacto negativo en otras especies. Si un visón americano es capturado en estas trampas, se anestesia y sacrifica evitando su sufrimiento. Si se trata de otra especie, simplemente se libera al individuo capturado.
En la última década se han capturado varios miles de individuos de visón americano en toda la Península Ibérica, destacando 1.900 visones en el centro de España y 1.165 en Cataluña desde el año 2002. Otro caso notable es el del Parque Nacional das Illas Atlánticas en Galicia, donde la población existente se ha reducido de manera considerable, eliminándose 200 individuos.
Las islas son ecosistemas especialmente vulnerables a la introducción de mamíferos carnívoros, siendo un triste ejemplo la extinción del dodo (Raphus cucullatus) en la isla Mauricio (situada al este de Madagascar) en el siglo XVII. Dicha extinción no se debió al hombre, sino a la depredación por parte de ratas, gatos y perros que fueron accidentalmente introducidos en la isla cuando los europeos la descubrieron.
En algunos países de Europa se considera que las poblaciones de visón americano se han controlado de manera satisfactoria gracias al uso de las jaulas-trampa. El Parque Nacional de Cairngorns, en Escocia, o las islas Hébridas, en Reino Unido, son un buen ejemplo de esto. Las aves marinas de esas islas, así como la rata de agua en Escocia, se están recuperando tras el impacto negativo del visón. Otro caso satisfactorio lo podemos encontrar en Finlandia, donde la captura de visones durante los últimos 15 años ha reducido las poblaciones de esta especie a la par que las aves marinas y topillos se recuperan.
Esperemos que en los próximos años las poblaciones de visón americano en España se reduzcan, permitiendo al visón europeo recuperar su hábitat natural.
Fuentes:
- 1- Reid, F. & Helgen, K. (2008). «Neovison vison». IUCN Red List of Threatened Species. Version 2008. International Union for Conservation of Nature.
- 2- Estrategia de gestión, control y erradicación del visón americano (Neovison vison) en España. Ministerio de agricultura, alimentación y medio ambiente, Gobierno de España.
Moderación?
No sé por qué siempre que hablamos del impacto del visón americano en España siempre se alude a las sueltas por parte de grupos animalistas y no se menciona desde cuándo se implantaron las granjas peleteras (la primera en 1958) con el beneplácito del generalísimo y su posterior expansión sin control de licencias ni las debidas medidas de seguridad para evitar escapes de las mismas, también por accidentes… Muchas décadas antes del surgimiento de esos movimientos radicales que ciertamente también han colaborado a empeorar más la situación junto con una política medioambiental incoherente que por un lado permite que sigan existiendo estas granjas y por otro con una intervención casi inexistente en algunas comunidades.
Una castellano leonesa.