Xylella fastidiosa, el ébola del olivo

ebola del olivo
Imagen 1 Esta plaga afecta especialmente a los olivos, provocando que los árboles se sequen.

Xylella fastidiosa es una bacteria causante de una enfermedad letal para distintas especies vegetales de interés económico, como el olivo o la vid. De ahí que su introducción en Europa esté disparando todas las alertas.

El “ébola de los olivos”

El nombre científico de esta especie, Xylella fastidiosa, tiene una explicación racional. La bacteria provoca una enfermedad incurable en varias especies vegetales, que afecta a su xilema. El xilema es el conjunto de haces vasculares que transportan agua desde las raíces hasta las hojas de las plantas. Por otra parte, se denomina fastidiosa porque resulta complicado su manejo en laboratorio.

La enfermedad producida por las plantas recibe el nombre de “enfermedad de Pierce” en honor al primer científico que la investigó, concretamente en California en el siglo XIX. La enfermedad sigue afectando a los árboles frutales de EEUU más de un siglo después, provocando unos 100 millones de dólares de daños cada año sólo en California.

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Imagen 1 Esta plaga afecta especialmente a los olivos, provocando que los árboles se sequen.

Esta especie afecta a la vid, el olivo, el almendro, el ciruelo, el melocotón, el limonero y algunas plantas sin fruta comestible, como el laurel. No existe tratamiento conocido y la única forma de evitar su propagación es talar los árboles afectados. El problema del ébola de los olivos es que hasta que se detectan los primeros síntomas puede pasar un tiempo, por lo que la bacteria podría propagarse sin ser detectada.

La plaga se detectó en Italia en el año 2013, concretamente en Puglia (la esquina sureste de la península italiana). Desde entonces se ha extendido hasta infectar unas 230.000 hectáreas y afecta ya a millones de olivos. Curiosamente, no se han detectado casos de cítricos afectados por la enfermedad, por lo que se especula que esta cepa ataca únicamente a los olivos.

En Italia se ha establecido una zona de cuarentena entre los campos de cultivos afectados y el resto del país. Previamente se habían establecido dos zonas de contención que fueron sobrepasadas por la enfermedad entre los años 2015 y 2016. En esta ocasión se ha establecido un protocolo de talar todos los olivos situados a 100 metros de cualquier planta infectada que se detecte.

Presencia del ébola de los olivos en España

A finales del año 2016 se detectó la enfermedad en olivos de las islas Baleares. Debido a la virulencia de la plaga, se realizaban análisis periódicos para detectar la presencia de la bacteria, y así pudo detectarse antes de que los efectos fueran desastrosos.

Por ahora los únicos olivos afectados son los de mayor edad, pues los individuos jóvenes tienden a ser más resistentes a la plaga. Esto podría ser positivo para la industria del aceite de oliva pero desastroso desde un punto de vista del patrimonio, pues la plaga afecta de manera devastadora a los olivos centenarios.

Recientemente, en junio del 2017, se detectó el primer caso de la enfermedad en la Península Ibérica. Concretamente en la población de Guadalest, en Alicante. Si las autoridades toman cartas en el asunto con rapidez y establecen una zona de cuarentena como en Italia, podría frenarse la enfermedad y evitar que se propague al resto de España.

insecto olivo
Imagen 2 Distintas especies de insectos chupadores de savia transmiten la enfermedad entre árboles sanos e infectados. En la imagen, Philaenus spumarius.

Por ahora se ha realizado una campaña para concienciar a los agricultores de los problemas que conlleva esta enfermedad. También se han colocado trampas para capturar insectos chupadores de savia, que son el vector de transmisión de la enfermedad entre árboles infectados y otros que están sanos.

Conflicto con los ecologistas en Italia

Medidas como la tala de árboles en la zona de contención en Italia no han sentado bien a los agricultores, que han protestado enérgicamente contra las autoridades. Comenzaron a aparecer rumores de que la bacteria Xylella fastidiosa no era la causante de la plaga, de que la bacteria es fácil de controlar sin tener que talar los árboles e incluso de que los propios científicos habían introducido la plaga en el país.

Estos rumores ganaron fuerza hasta llegar a oídos de políticos y jueces, que en algunos casos se pusieron del lado de grupos ecologistas que estaban disconformes con la versión oficial de los hechos. En un giro inesperado, el investigador Donato Boscia, del instituto del Instituto de Protección Vegetal Sostenible de Bari, fue acusado formalmente de provocar la enfermedad y se abrió una investigación.

Como consecuencia de esto, los ordenadores del instituto fueron confiscados y el trabajo de los científicos que intentaban descubrir la forma de detener la plaga se detuvo. Las medidas propuestas por estos grupos ecologistas, que no se basan en ningún estudio científico, no han demostrado servir para nada hasta la fecha y la enfermedad continúa matando a los árboles afectados.

Esperemos que en España la enfermedad sea contenida a tiempo y los grupos ecologistas no impidan realizar su trabajo a los investigadores capacitados.

Fuentes

  1. Minimizing the Spread of Disease in Italy’s Famous Olive Trees. Our Environment at Berkeley. University of California at Berkeley, Department of Environmental Science, Policy, and Management (ESPM). 9 February 2015. Retrieved 5 May 2015.
  2.  Jiménez A., L.G. (July–September 1985). «Evidencia inmunológica del mal de pierce de la vid en Venezuela.». Turrialba. 35 (3): 243–247.
  3. https://www.nature.com/news/italian-scientists-vilified-in-wake-of-olive-tree-deaths- 1.17651
Biólogo, doctorado en ecología por la Universidad de A Coruña. Apasionado por la ciencia y enamorado desde la infancia de la naturaleza y los animales, especialmente la biología marina y los insectos.