La resistencia a antibióticos es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la medicina. En un mundo donde los patógenos resistentes a antibióticos amenazan la calidad de vida y a la vida misma, la investigación en nuevas formas de luchar contra estos microorganismos es crucial.
No obstante, no sólo es fundamental la investigación para lograr nuevos tratamientos si no para evitar que las resistencia a antibióticos se propague y acelere.
Un ejemplo de este tipo de investigación es el reciente estudio realizado por la University College London y publicado en la revista Journal of Microbiological Methods. Se ha descubierto que las fuentes de agua dulce del centro de Londres contienen altos niveles de genes resistentes a los antibióticos, y de todos estos el río Támesis es el que tiene mayor cantidad.
El Regent’s Canal, Regent’s Park Pond y Serpentine contenían genes de resistencia a antibióticos pero en niveles más bajos que el río Támesis, que contenía genes que brindan resistencia a las bacterias frente a los antibióticos comunes como la penicilina, la eritromicina y la tetraciclina
Estos genes provienen de bacterias en desechos humanos y animales. Cuando los humanos toman antibióticos, gran parte del medicamento se excreta en el sistema de alcantarillado y luego va a parar a fuentes de agua dulce.
Resistencia a antibióticos en los recursos de agua
La presencia de antibióticos en estas fuentes de agua proporciona un entorno donde los microbios que llevan los genes de resistencia pueden multiplicarse más rápido y compartir su resistencia con otros microbios.
«Esto demuestra que se necesita más investigación sobre la eficacia de los diferentes métodos de tratamiento de agua para la eliminación de antibióticos, ya que ninguno de los tratamientos utilizados actualmente fueron diseñados para incorporar esto.
«Esto es particularmente importante en el caso de los cuerpos de agua en los que descargamos nuestras aguas residuales tratadas, que actualmente todavía contienen antibióticos. También es importante analizar los niveles de antibióticos y bacterias resistentes en nuestras fuentes de agua potable».
Dra. Lena Ciric (UCL Civil, Environmental & Geomatic Engineering), líder del proyecto.
Actualmente no existe una legislación para eliminar los antibióticos o los genes resistentes de las fuentes de agua, lo que implica que los antibióticos y los genes resistentes podrían estar presentes en pequeñas cantidades en el agua potable, aunque esto requeriría más investigación para poder aseverarlo.
Es probable que el Támesis tenga niveles más altos de antibióticos y genes resistentes debido a que una gran cantidad de tratamientos de aguas residuales se descargan tanto en aguas arriba como en Londres.
Los antibióticos que ingresan al sistema de alcantarillado se diluyen a través de la descarga de agua, pero incluso los niveles bajos pueden alentar a los genes de resistencia a multiplicarse y propagarse a más microbios.
El grupo investigador desarrolló un método basado en la técnica de qPCR que consiste en la amplificación del ADN de una muestra y su cuantificación. Así puede proporcionar información sobre la cantidad de cada uno de los genes resistentes por litro de agua. Luego compararon los números de los genes resistentes en los diferentes sistemas de agua de Londres.
El equipo ahora está experimentando con la eliminación de antibióticos y las bacterias y los genes resistentes del agua tomada del sistema de agua natural de Londres mediante la filtración lenta de arena, que es una forma de tratamiento de agua potable.
Esta técnica se utiliza en todo el mundo, incluso en Coppermills Treatment Works de Thames Water, que proporciona agua potable para la mayor parte del noreste de Londres. Están investigando el uso de diferentes variaciones de la filtración, con proporciones cambiantes de arena y carbón activado y diferentes caudales.
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