- Un anticuerpo encontrado en la sangre de niños de Tanzania puede tener la clave para obtener la vacuna contra la malaria
- Este anticuerpo está presente en los individuos más resistentes a la malaria y reduce la concentración del parásito en la sangre evitando la aparición de los síntomas de la enfermedad
La malaria es una enfermedad endémica de muchas partes del mundo, especialmente se ceba en África aunque Sudamérica, y Asia también son zonas de distribución de esta enfermedad como se puede observar en el mapa de distribución de la malaria en la parte superior. Está causada por un parásito prototista del género Plasmodium que se propaga a través de la picadura de un mosquito del género Anopheles, en este enlace puedes observar el ciclo vital del parásito. Las personas que habitan en lugares donde la malaria es endémica pueden desarrollar mecanismos de inmunidad para controlar los niveles del parásito en la sangre y evitar los síntomas de la enfermedad, sin embargo, mueren dos millones de personas al año por causa de esta enfermedad.
El anticuerpo oculto en la sangre de niños de Tanzania
En una investigación publicada en la revista Science por investigadores de National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID), parte del National Institutes of Health, y becarios del NIAID de Estados Unidos, se desvela el descubrimiento de una proteína que es un anticuerpo capaz de evitar la multiplicación del parásito de la malaria, y por tanto, de evitar la infección severa por malaria.
Este anticuerpo se descubrió analizando la sangre de niños de dos años de edad de Tanzania tanto de niños que resistían la malaria como aquellos que sí eran susceptibles a la enfermedad. En análisis de laboratorio detectaron un anticuerpo desconocido hasta el momento, el PfSEA-1. Tras numerosos ensayos, se ha confirmado que este anticuerpo detiene la infección en el punto en el que el parásito abandona el glóbulo rojo para invadir otro. Lo que proporciona una nueva vía para encontrar vacunas contra esta enfermedad de la que se estima que mueren alrededor de 627.000 personas al año según la OMS, la mayor parte niños menores de 5 años del África subsahariana.
Además de identificar este anticuerpo, también se efectuaron pruebas en ratones vivos para valorar la viabilidad del uso de este anticuerpo. Los investigadores vacunaron a cinco grupos de ratones con el nuevo anticuerpo para evaluar su efecto después de que fueran expuestos a la malaria. En todos los grupos de ratones vacunados, éstos presentaron menor cantidad del parásito en la sangre y sobrevivían más tiempo que aquellos que no fueron vacunados.
Más aún, los investigadores analizaron la sangre de 138 adolescentes y adultos masculinos de entre 12 y 35 años que vivían en una zona de malaria endémica de Kenia y encontraron que aquellas personas con presencia detectable del PfSA-1 tenían el 50% menos del parásito que aquellos en los que no se detectaba el anticuerpo. Esto convierte a esta proteína (anticuerpo) en una potencial vacuna para esta enfermedad ya que uno de los mayores inconvenientes para hallar una vacuna es que el parásito cambia su estructura antigénica en cada etapa de su ciclo vital.
Como curiosidad, en las zonas donde la malaria es endémica se detecta una mayor incidencia de la enfermedad llamada alfa talasemia que consiste en que los eritrocitos (o glóbulos rojos) tienen una estructura anormal por lo que el parásito no puede infectarlos, de este modo el parásito queda libre en la sangre y es eliminado por el sistema inmunitario.
Foto de Ed Uthman
Mapa de Mick Høy
Fuente: http://medicalxpress.com/news/2014-05-scientists-potential-vaccine-candidate-pediatric.html
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