Ir al veterinario es una parte fundamental del bienestar físico de nuestro perro ya que cuidar de su salud es fundamental, y administrarle las vacunas es obligatorio. Pero no es una actividad que guste a todos los perros.
La asistencia al veterinario es motivo de miedo para hasta un 40% de perros y causa auténtico terror para hasta un 14% según un nuevo estudio dirigido por un grupo de investigadores de la Universidad de Adelaida (Australia) y publicado en PLOS ONE.
Cuando el miedo es grande y es necesario acudir al veterinario, puede ser peligroso para el personal de la clínica pero también para el dueño y el propio can ya que puede causar lesiones. De manera indirecta también influye en el número de visitas al veterinario cuando son revisiones rutinarias.
Pero… ¿a qué se debe el miedo al veterinario en los canes?
¿Cuáles son las causas del miedo de los perros al veterinario?
Para averiguarlo, se realizó una encuesta en base a un cuestionario de investigación y evaluación del comportamiento canino de la que se procesaron 26.555 respuestas; en la que se analizaron los factores de riesgo asociados con el veterinario ya fuera en visitas regulares o novedosas (como por ejemplo, la primera visita).
La encuesta utilizada fue la C-BARQ que es un cuestionario de comportamiento validado y que ha sido utilizado en muchos otros estudios científicos.
Dentro de los factores de riesgo que se encontraron en la encuesta fueron los siguientes:
El grupo de raza del perro
Los canes más miedosos eran los perros toys, seguidos de los mestizos y los sabuesos. El menor grado de temor se encontró en los perros de trabajo (que incluyen perros guardianes, como el boxer o el Doberman pincher, así como perros de tiro como el husky siberiano y el perro de montaña bernés). Los niveles extremadamente bajos de miedo también aparecieron en los perros de caza (por ejemplo, spaniels y retrievers).
Historial de actividad o rol
El estilo de vida del can también es importante. En relación con todos los roles o actividades posibles, los perros utilizados para criar y mostrar, así como los perros con antecedentes de trabajo, mostraron las puntuaciones más bajas de miedo. Por el contrario, los perros de compañía sin antecedentes de roles o actividades de trabajo formales tenían más probabilidades de tenerle miedo al veterinario.
Procedencia
Los perros adquiridos de un criador o criados por sus amos fueron los menos temerosos en situaciones veterinarias. Los adquiridos de un amigo o pariente o aquellos comprados en una tienda de mascotas tuvieron los puntajes de miedo más altos cuando se los examinó.
Peso
Los perros más grandes (de más de 22 kg) tenían mucho menos miedo al veterinario que los más pequeños.
Entorno en el hogar
Se descubrió que los canes que vivían solos en un hogar tenían más miedo que los que vivían en un hogar que contenía otros perros.
Experiencia del dueño del perro
También hay una variable de propietario significativa, en que los dueños primerizos tenían perros que exhibían puntuaciones más altas de temor durante el examen veterinario.
Estos factores, sin embargo, sólo explicarían una proporción del 7% del riesgo de miedo observado y no hay que descartar otros factores. Entre estos factores podrían ser la experiencia individual de cada perro u otros factores desencadenantes como la configuración ambiental de la clínica veterinaria, la historia o la experiencia pasada en la clínica y las interacciones entre humanos y animales (de tutor y personal veterinario).
Estos factores también ayudan a predecir un 5% del miedo a situaciones desconocidas, el 9% de la sensibilidad al tacto y el 8% del miedo no social.
Puse por accidente 3 estrellas pero esto merece 5 🙂