- El calentamiento global también puede influir sobre los trópicos al contrario de lo que se pensaba
- Estudios sobre el período Plioceno indican que los trópicos también pueden calentarse
- Se necesitan más estudios para modelizar adecuadamente el incremento de la temperatura de los trópicos por el calentamiento global
El impacto del gas de efecto invernadero, CO2 en la superficie de la Tierra está bien establecido por los modelos climáticos y los registros de temperatura de los pasados 100 años, así como las concentraciones de CO2 y temperatura a través de la historia de la Tierra. Sin embargo, los registros de temperatura pasados han sugerido que el calentamiento global estaba confinado a las latitudes medias-altas, especialmente los polos, mientras que en los trópicos la temperatura parece estar relativamente estabel: es el modelo de termostato tropical.
El Plioceno una época muy cálidad que ayuda a comprender el calentamiento global actual
El Plioceno siempre ha sido un periodo interesantísimo por lo que conciernen las concentraciones de CO2. En este periodo se alcanzaron concentraciones de 400 partes por millón y ha sido el periodo más cálido en los últimos 5 millones de años.
Sin embargo se descubrió que el verano pasado fue uno de los más cálidos debido a las actividades humanas. Durante mucho tiempo se había creído que los altos niveles de CO2 del Plioceno se asociaban a temperaturas más elevadas, pero se observó que las regiones tropicales tenían una temperatura muy estable. En el último siglo se hicieron varios modelos matemáticos para poder estudiar así la temperatura de la Tierra y el efecto invernadero debido a las emisiones de CO2.
Hace unos días se publicó en la revista Nature Geoscience un nuevo estudio que contradice estos resultados y que las temperaturas superficiales del mar durante el periodo Plioceno eran bastante elevadas, hace más o menos unos 5-3 millones de años.
Los trópicos también se ven afectados
El profesor Richard Pancost, que lideró esta investigación del Instituto Capot, afirmó que estos resultados confirman lo que los modelos climáticos habían predicho durante mucho tiempo, es decir que aunque el efecto sierra cause un calentamiento mayor en los polos, también puede causar un calentamiento en los trópicos. Tales resultados indican que pocos lugares en la Tierra serán inmunes al calentamiento global, provocando así en los trópicos tormentas de mayor intensidad.
Los científicos centraron parte de la investigación en un punto concreto en la parte meridional del mar de China, que se encuentra junto a un gran cuerpo de agua caliente, llamado piscina caliente del Pacifico occidental, en inglés “West Pacific Warm Pool” donde se dieron cuenta que los tests de temperatura eran inútiles en cuanto ya se había alcanzado ya la máxima temperatura. Enfocando los estudios en esta zona del sur del mar de China, los investigadores, a través de reconstrucciones geoquímicas, han podido llegar a conocer más o menos como podría ser la temperatura superficial del mar en el pasado.
Sin embargo, no todos los investigadores están de acuerdo con estos documentos y afirman que hay que estudiarlos más para conocer mejor la temperatura del océano de aquel periodo.
Charlotte O’Brien fue la primera autora de este artículo y dijo que reconstruir las temperaturas de los océanos de hace millones de años es bastante difícil y cada herramienta que se utilice tienen sus limitaciones. Por ese motivo en este tipo de investigación se utilizaron dos tipos de enfoques diferentes. Un tercer enfoque podría ser posible si se supusiera que el contenido de magnesio y calcio del mar ha cambiado en el periodo del Plioceno. Es una hipótesis que aun tiene que ser testada.
Este tipo de trabajo fue finalizado por el Consejo de Investigación del Medio Ambiente del Reino Unido y sigue en curso. El Dr. Gavin Foster de la Universidad de Southampton, está particularmente interesado en comparar los diferentes documentos de temperatura con las estimaciones mejoradas del dióxido de carbono del Plioceno.
Esta combinación podría ser muy útil e interesante para poder entender la sensibilidad del sistema natural de la Tierra y proporcionar un posible modelo para prevenir futuros cambios climáticos debidos al calentamiento global.
Fuentes: Nature Geoscience, dx.doi.org/10.1038/ngeo2194
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