Hace apenas un día ha saltado la noticia de que un tigre malayo del Zoo del Bronx en Nueva York, cerrado al público desde el 16 de marzo, ha experimentado síntomas y ha dado positivo al test de Covid-19. Otros seis grandes felinos también muestran síntomas compatibles con la enfermedad.
Las primeras conjeturas estiman que el tigre pudo ser contagiado por un cuidador infectado de covid-19 asintomático. Sin embargo, no todos los los grandes felinos del zoo del Bronx tienen síntomas, los leopardos y pumas no muestran ningún síntoma de la enfermedad.
Desde el principio de esta pandemia de coronavirus SARS-COV-2 o también llamado más popularmente coronavirus de Wuhan se ha estado hablando sobre si las mascotas transmitían este virus o no.
Recientemente, se habla mucho particularmente sobre el coronavirus y gatos y si éstos lo pueden transmitir o padecer a raíz de una publicación preliminar (preprint, sin revisión por pares) y un artículo aparecido en Nature.
Esto es muy preocupante porque el abandono de mascotas si ya de por sí es alto, con este miedo puede ser mucho mayor. Pero… ¿está fundado este miedo? ¿qué sucede con las gatos y el coronavirus?
¿Qué sucede con los gatos y el coronavirus?
Hasta la fecha todavía no hay un origen animal claro del este nuevo tipo de coronavirus aunque todos los estudios de nuevo apuntan al pangolín que había quedado exonerado en detrimento de los murciélagos de herradura (Rhinolophus sp.)
No sólo es fundamental conocer el reservorio del virus para poder contener futuras pandemias (si es que este virus no ha llegado para quedarse), si no también el grado de afectación o no a las mascotas y también qué modelo animal sería el más óptimo para estudiar este nuevo virus.
En el estudio al que se hace referencia realizado por el Harbin Veterinary Research Institute en China, se detectó que los gatos y los hurones son altamente susceptibles al virus SARS-COV-2 mientras que otros animales como perros, pollos, cerdos y patos apenas lo son.
Del estudio publicado no se puede afirmar que el virus sea altamente transmisible entre gatos ni entre humanos y gatos.
En este estudio, se utilizaron 5 individuos de los que a 2 de ellos se les inocularon grandes cantidades de SARS-COV-2 en la nariz sin que llegaran a mostrar síntomas en ningún momento, y los otros tres se expusieron a los gatos contagiados.
De los tres gatos expuestos a otros gatos contagiados, sólo uno fue contagiado pero es imposible determinar si fue a través de las gotas de aire o a través de la orina o heces de los gatos infectados.
Según la viróloga Linda Saif de la Universidad Estatal de Ohio en Woosters es importante tener en cuenta que para este estudio se inocularon grandes cantidades del virus en sólo 5 individuos, y no representa en ningún caso la interacción real entre humanos y gatos.
Si las mascotas fueran una fuente de transmisión de coronavirus, muy probablemente ya se tendrían evidencias más sólidas a estas alturas y a este ritmo de contagios ya que es probable que la afección a las mascotas fuera expresando enfermedad o llegando a ser mortal.
El motivo de estudio en gatos es que ya se mostraron susceptibles al SARS y además, eran capaces de transmitirlo entre gatos. En ese caso, y con la gravedad de esa enfermedad (notablemente mayor que en el caso de la covid-19), no se mostró ningún signo de preocupación con respecto a los gatos, ni se lanzó ningún tipo de alerta al respecto.
Por tanto, a la luz de todas las evidencias actuales, no hay motivo para preocuparse por el coronavirus y los gatos.
¿Por qué los gatos y no los perros o cerdos?
Según los estudios que se están realizando sobre el SARS-COV-2, utiliza la enzima convertidora de la angiotensina 2 (ACE2) como receptor para entrar en las células.
Parece ser que la ACE2 de gatos, hurones, orangutanes, monos y algunas especies de murciélagos es fácilmente reconocible por el nuevo coronavirus, ya que son idénticas o muy similares a la humana en las moléculas críticas en las que el virus se une a las célula.
En otros animales como los perros la diferencia es mayor y el virus no es capaz de unirse con tanta eficacia.
¿Y qué pasa con todas las recomendaciones sobre no abrazar, ni compartir comida con las mascotas?
Este es un consejo de aplicación general que se da siempre que hay una nueva enfermedad emergente de origen animal desconocido.
Ante las dudas iniciales sobre si las mascotas pueden transmitir la enfermedad entre ellas, de ellas a humanos o de humanos a mascotas y que éstas enfermen, siempre se recomienda evitar el contacto estrecho como lametones, compartir comida y los abrazos.
Por el momento, estos consejos siguen en vigor no sólo por las preocupaciones sobre las personas si no también por la salud de las propias mascotas.
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