Descubren un lago de carbono fundido bajo Estados Unidos

carbono líquido
Imagen 1 EL lago de carbono descubierto bajo los EEUU tiene la superficie aproximada de Mexico.

Científicos de la Royal Holloway University de Londres han descubierto recientemente la existencia de un inmenso lago subterráneo de carbono fundido en la costa oeste de EEUU. Los científicos usaron una red de 583 sensores sísmicos para mapear los movimientos de la corteza terrestre y descubrir qué se encontraba bajo la superficie.

La superficie del lago es de 1,8 millones de kilómetros cuadrados, lo que equivale a la superficie de México, mientras que su grosor varía entre 25 y 70Km. Si parte de este carbono fuera liberado a la atmósfera, debido por ejemplo a actividad volcánica o sísmica, se incrementaría de manera alarmante el dióxido de carbono en la atmósfera, acelerándose el proceso de calentamiento global que ocurre desde que los seres humanos comenzamos a quemar combustibles fósiles durante la revolución industrial.

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Imagen 1 EL lago de carbono descubierto bajo los EEUU tiene la superficie aproximada de Mexico.

 

Así, los científicos que han descubierto este lago subterráneo de carbono han comparado un 1% del volumen de carbono ahí enterrado al que se libera quemando 2,3 billones de barriles de petróleo.

La magnitud de un fenómeno así, en términos medioambientales, sería equivalente a los efectos de una guerra nuclear. Sin embargo, no existe un motivo inmediato para la alarma, pues el lago se encuentra a una profundidad de 350Km bajo la superficie.

 Origen del lago de carbono

La hipótesis que han  propuesto para explicar la existencia de este lago se basa en el movimiento de las placas tectónicas. Al introducirse la placa tectónica del Pacífico debajo de la placa continental de los EEUU, arrastra consigo materiales volátiles que quedan encerrados en este lago subterráneo.

Se trataría de un proceso geológico continuado durante millones de años y los volátiles, particularmente gases como el dióxido de carbono, quedarían secuestrados en el lago.

El descubrimiento de este lago de carbono ha cambiado la estimación previa de la cantidad de este elemento presente en la corteza terrestre, que se creía menor.

Comparando las emisiones de carbono que los seres humanos emitimos a la atmósfera con la cantidad total de este elemento presente en la corteza terrestre, apenas alcanza un 0,01% anual.

Fenómenos como las erupciones volcánicas contribuyen a liberar carbono (y otros compuestos, como óxidos de azufre) a la atmósfera a una escala semejante, aunque inferior, a la quema de combustibles fósiles.

Carbono liberado a la atmósfera

Los volcanes activos son una fuente importante de emisiones de carbono a la atmósfera. Por ejemplo, según estimaciones del Instituto Volcanológico de Canarias, el volcán Etna emite 20.000 toneladas de CO2 al día.

El total de emisiones de los distintos volcanes activos del mundo, que varía dependiendo de su actividad, oscila entre 65 y 320 millones de toneladas de CO2 al año, y esto sin contar los volcanes submarinos, que liberan el CO2 directamente al mar.

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Imagen 2 Los volcanes son una fuente importante de carbono a la atmósfera, aunque mucho menor que las emisiones de los seres humanos. En la imagen, el monte Cleveland, en Alaska.

Pueden parecer cifras elevadas, pero no lo son si se comparan con los 29.000 millones de toneladas que se producen anualmente fruto de la quema de combustibles fósiles. En total, las emisiones volcánicas actuales equivalen a un 0,22% de las emisiones totales de carbono a la atmósfera.

Fenómenos puntuales como la erupción del monte Santa Elena en 1980 o la del Krakatoa en 1883 aumentan estas emisiones pero siguen siendo eventuales y de poca importancia en comparación con las emisiones continuadas por parte de los seres humanos.

En cuanto al lago de carbono bajo los EEUU, mientras no se produzca un fenómeno volcánico de gran intensidad, como la última erupción de la caldera volcánica de Yellowstone hace 650.000 años (caldera volcánica que se encuentra justo encima del lago recientemente descubierto), no debería preocuparnos en absoluto.

Fuentes:

  • Hier-Majumder, S., Tauzin, B., (2017). Pervasive upper mantle melting beneath the western US. Earth and Planetary Science Letters. 463, 25-35.
  • Wright, L.; Kemp, S.; Williams, I. (2011). «‘Carbon footprinting’: towards a universally accepted definition». Carbon Management. 2 (1): 61–72.
  • erlach, T.M. (4 June 1991). «Present-day CO2 emissions from volcanoes». Eos, Transactions, American Geophysical Union. American Geophysical Union. 72 (23): 249, 254–5.
Biólogo, doctorado en ecología por la Universidad de A Coruña. Apasionado por la ciencia y enamorado desde la infancia de la naturaleza y los animales, especialmente la biología marina y los insectos.