Este tipo de dieta macrobiótica cada vez tiene más adeptos, puesto que no sólo se considera una dieta, sino una filosofía de vida. Está casi rozando el límite del veganismo, aunque algunos lo pasen y la hagan prácticamente vegana. Realmente no es nada nuevo, ya que surgió hace muchos años y sus principales seguidores son japoneses, aunque ahora se ha extendido por todo el mundo.
Un poco de historia de la macrobiótica
Este modo de alimentarse macrobióticamente fue desarrollado por el filósofo japonés George Ohsawa en 1920. Su lema es: «Come simple y sano para así vivir en armonía con la naturaleza y sus constantes cambios». El objetivo es evitar alimentos que puedan resultar tóxicos al organismo o que contengan tóxicos.
¿En qué consiste la dieta macrobiótica?
La dieta macrobiótica consta de diez estadios, a cada cual más estricto, en el último sólo se permite el consumo de arroz y agua. Realmente se basa en llevar una alimentación lo más sencilla posible, y promueve que los productos usados en ella han de ser de origen local y que no estén manipulados o procesados,entre ellos los cereales, vegetales, semillas, legumbres, etcétera.
Existen variantes de esta dieta macrobiótica, que realmente dependerá del estadio en el que te encuentres:
- Totalmente vegetariano
- No consumo de lácteos ni carne
- Consumo de pescado y carne, pero muy poco y ha de ser de origen orgánico.
Pautas a seguir en una dieta macrobiótica
Es evidente que a la hora de llevar una dieta macrobiótica es necesario saber los porcentajes de cada alimento para poder hacerla correctamente. Según su creador:
- Entre el 40/60% de cada comida han de ser cereales enteros y orgánicos, como por ejemplo arroz integral, trigo completo, cebada, mijo, centeno, trigo sarraceno y maíz.
- El pan sin levadura, los fideos y las pastas sólo muy de vez en cuando.
- Entre el 20/30% han de ser vegetales, crudos en ensalada y cocinados (mayor cantidad).
- Y un 10% debe estar dedicado a las legumbres, alubias, lentejas, garbanzos e incluso tofu.
También recomienda tomar entre uno y dos platos de sopa al día, que pueden ser de verduras o de miso. El pescado se consume en baja cantidad, unas dos o tres veces a la semana. Las carnes, aves, huevos y lácteos no tienen cabida en esta dieta, así como la miel, el chocolate, el azúcar y las melazas. Se permiten semillas y frutos secos, con moderación y también frutas, pero siempre locales, ecológicas y sólo varias veces a la semana.
A la hora de cocinar los alimentos se pueden usar aceite de sésamo negro, típico de Japón y también aceite de oliva virgen extra, pero nada de aceites refinados.
Por último, y una de las pautas más importantes es que sólo se come y se bebe cuando se tiene hambre o sed, no marca un número de ingestas diarias.
Beneficios y contraindicaciones de la dieta macrobiótica
Como pros tiene que es una dieta alta en vitaminas y en fibra ya que es vegetariana y es lo que nos aporta básicamente. Pero ahí radican sus contras, al ser casi vegetariana o vegetariana total tenemos carencias de proteínas, hierro, magnesio y de la importantísima vitamina B12, que sólo la obtenemos del consumo de carne. Además la ausencia de productos lácteos hace que tengamos una deficiencia en calcio y vitamina D. Para terminar con los contras, algo muy a a tener en cuenta, el alto consumo de vegetales nos aporta una elevada concentración de fito estrógenos que pueden ser bastante perjudiciales ya que están asociados al cáncer de mama.
Estos tipos de dietas no están pensados como una dieta de adelgazamiento, y si se quieren adoptar hay que tener en cuenta que debido a los déficits en ciertas vitaminas y nutrientes se deberán tomar suplementos para paliar las carencias.
Lo que digo siempre, mejor comer variado y de todo un poco, que de un poco todo.
Foto de Mónica Kaneko
Deja una respuesta
Ver comentarios